viernes, abril 26

La historia de dos pueblitos de España que buscan unirse, pero de compartir nombre «ni hablar»


En Extremadura circula el dicho: “Para matrimonio bonito, ella de Villanueva y él de Don Benito”, dos pueblos de la provincia de Badajoz, separados por seis kilómetros, que intentan unirse para mejorar la vida de su gente aunque les falta superar un escollo, por ahora, irreconciliable: “¿Qué nombre le damos al nuevo pueblo?”

En España, casi la mitad de los 8.131 municipios tiene menos de 500 habitantes y la fusión de Don Benito, de 37 mil, con Villanueva de la Serena, de 26 mil, aporta un hilo de esperanza en el mapa de la despoblación española.

Y a pesar de que habría que terminar de limar añejas rivalidades como lo es contar con dos equipos de fútbol -que se miraban con mala cara-, dos plazas de toros y un recelo macerado en el chusmerío según el cual no estaba bien visto ir a tomar un café al pueblo de al lado, unirse los convertiría en la tercera ciudad más poblada de Extremadura, después de Badajoz y de Cáceres.

Vecinos: Don Benito y Villanueva de la Serena. Foto: EFE

Vecinos: Don Benito y Villanueva de la Serena. Foto: EFE

Que se fusionaran aumentaría el PBI, habría un posible incremento del 2,75 por ciento en las rentas de los hogares -Extremadura cuenta con una de las más bajas de toda España- y habría un 5 por ciento más de empleo, lo cual ahuyentaría la tasa de desocupación, que hoy ronda el 19 por ciento en San Benito, y un 17 por ciento en Villanueva.

Serían una localidad que, con 713 kilómetros cuadrados y 63 mil vecinos, estaría en condiciones de solicitar más ayudas y subvenciones estatales y europeas.

Don Benito y Villanueva suman, además, 16 mil hectáreas de regadío y, aunando la agroindustria que desarrollan por su cuenta, podrían colocar a la nueva ciudad en el primer puesto agrícola-ganadero de la región.

Según proyecciones de la Universidad de Extremadura, la fusión podría convertirse en el segundo polo económico de la provincia de Badajoz.

Los dos pueblos ya comparten los bomberos, la policía nacional y la depuradora de agua. Pero crecer y volverse una ciudad más poblada permitiría también hacer más presión para lograr que el AVE -el tren rápido de alta velocidad- o la ruta nacional N-430 lleguen hasta allí.

La voluntad de los vecinos

Con este pronóstico como envión, los intendentes José Luis Quintana, de Don Benito, y Miguel Angel Gallardo, de Villanueva, organizaron en febrero un referéndum para conocer la voluntad de los vecinos.

Ambos socialistas, primero pasaron por el Palacio de la Moncloa para contar con la aprobación del gobierno nacional.

“Es una decisión para aplaudir porque se trata de hacerse más fuerte”, opinó la ministra de Política Territorial y portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez.

“En estos momentos, ambos municipios se encuentran en el limbo, sin poder acceder a los beneficios económicos de una pequeña localidad, al tiempo que tampoco pueden optar por contra del impulso monetario que recibe una gran ciudad”, justificó su deseo de unirse al pueblo de al lado el intendente Quintana, de Don Benito.

“La nueva ciudad optaría a un mayor número de ayudas nacionales y europeas”, agregó.

El intendente Gallardo insistió con que la unión auguraría “un futuro mejor, con más y mejores posibilidades, no sólo para la futura ciudad que surja, sino para todas las poblaciones de la comarca, que se verán beneficiadas con esta unión, que supondrá ser un polo de atracción de inversión”.

“¿Está de acuerdo con que el Ayuntamiento de Don Benito ejercite la iniciativa para la tramitación de fusión con el municipio de Villanueva de la Serena?” y “¿Está de acuerdo con que el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena ejercite la iniciativa para la tramitación de fusión con el municipio de Don Benito?”, decía la propuesta que los vecinos debían aceptar o rechazar.

En Villanueva, el 90,49% de los votos fueron para el “sí”. En Don Benito, las cifras oficiales señalaron un 66,2% favorables a la unión. Foto: EFE

En Villanueva, el 90,49% de los votos fueron para el “sí”. En Don Benito, las cifras oficiales señalaron un 66,2% favorables a la unión. Foto: EFE

En Villanueva, el 90,49 por ciento de los votos fueron para el “sí”. En Don Benito, las cifras oficiales señalaron un 66,2 por ciento favorables a la unión.

Y aunque oficialmente se reconoció como válido el triunfo del “sí”, la plataforma Siempre Don Benito y otros vecinos que no adhieren a la fusión de los pueblos, aseguraron que hubo un manejo poco claro de los resultados.

Para que la unión se pusiera en marcha, era preciso contar con el 66 por ciento de los votos a favor de la fusión, que no se concretaría hasta 2027.

De las elecciones de ese año -a las que no podrán presentarse los dos alcaldes actuales de San Benito y Villanueva- saldría un nuevo intendente o intendenta que gobernará el nuevo ayuntamiento.

El nombre

A través de un comunicado, los alcaldes informaron a los vecinos acerca de la propuesta de dar un nombre nuevo al resultado de la unión de los dos pueblos: “Simbolizaría el inicio de una nueva etapa, lo que permitiría una asociación intelectual inmediata respecto a un todo y no a una suma de partes”.

La unión de Don Benito y Villanueva de la Serena se detuvo a la hora de encontrar un nuevo nombre. /EFE

La unión de Don Benito y Villanueva de la Serena se detuvo a la hora de encontrar un nuevo nombre. /EFE

Y agregaba: “Supondría que un nuevo nombre para el municipio permitiría la significación inmediata con una única identidad”.

Se creó entonces un comité de expertos al que fueron convocados personalidades de la docencia, la filología, la historia y la investigación que, luego de deliberar más de dos meses, propusieron dos nombres: Mestas del Guadiana y Concordia del Guadiana, aludiendo al río -Guadiana-, gran protagonista en la región.

Pero a los vecinos no les gustó ninguno de los dos.

El rechazo

“Los nombres han generado un sentimiento generalizado de rechazo. La realidad está en la calle, ni en Don Benito ni en Villanueva se han entendido esos nombres”, admitió el intendente Gallardo que debió ser escoltado por la policía, junto al alcalde del otro pueblo, cuando anunciaron los nombres finalistas que enfurecieron a los vecinos.

Entre ellos, a María Carmen González de Córdova, una extremeña de 45 años que nació en Don Benito y se propuso juntar firmas para que no se toque el nombre de su pueblo.

“Cuando dijeron que le iban a cambiar el nombre al pueblo a mí me indignó. Actualmente no vivo en Don Benito pero nací allí, tengo a toda mi familia allí y actualmente voy cada quince días”, cuanta María Carmen a a Clarín.

Hoy vive en Toledo, a dos horas y media de Don Benito. Viaja hasta allá a ver a su familia cada quince días.

“No entiendo el motivo de cambiar el nombre a unos pueblos que tienen una historia -insiste-. El alcalde de Villanueva dice que dentro de unos años no nos acordaremos de cómo se llamaban los pueblos pero eso yo no lo quiero. No lo entiendo. Me indigna. Me enfada. Tengo un sentimiento muy fuerte con Don Benito. Mi padre es de Villanueva de la Serena.”

Perderemos mucha identidad con la fusión -cree María Carmen-. Vamos a ser otra cosa diferente. Por lo menos que nos dejen nuestros nombres. Vamos a perder, por ejemplo, fiestas patronales, que identifican a un pueblo. La Virgen de las Cruces es nuestra patrona. No vamos a poder tener dos. No vamos a poder tener el doble de fiestas que el resto de los pueblos.”

Para impedirlo, junta firmas en un petitorio que abrió en la plataforma change.org. “No al cambio de nombre de Don Benito-Villanueva”, lo tituló. Ya juntó más de 700 firmas.

“Votad para no perder el nombre de nuestros pueblos”, pide María Carmen.

Mientras tanto, el proceso de fusión se detuvo. Los intendentes se comprometieron a “trabajar y no levantarnos de la silla” hasta dar con un nombre para bautizar a la nueva localidad que les guste a todos.

Antecedentes

En la historia reciente de España hay dos antecedentes de unión de pueblos: la fusión de los municipios de A Coruña Cesuras y Oza dos Ríos, en julio de 2013, y la de Cerdedo y Cotobade, en Pontevedra, en enero de 2017.

En este caso, pocos recuerdan aquel tiempo en el que las embarazadas de ambos pueblos daban a luz en el hospital de Don Benito y los bebés se inscribían como nacidos en este municipio, hasta que Villanueva puso el grito en el cielo y propició que los chicos de familias del pueblo se anotaran en el registro civil de su municipio y no en el de Don Benito.

Los que militan por la fusión de los pueblos hablan de “oportunidad histórica” para el futuro de los jóvenes en Extremadura, la autonomía con más extremeños viviendo fuera de ella y con menos presencia de españoles de otras comunidades.

“La identidad no da de comer”, dicen quienes están a favor de la unión, convencidos de que el destino de Don Benito y de Villanueva es fundirse en un solo nombre.

Madrid. Corresponsal

ap​



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