
El mensaje que llega en forma de respuesta desde el teléfono de Marcelo Moretti ante la consulta de Clarín es tan conciso como tajante: «No renuncio». El día después de tener que huir de la sede de avenida La Plata al 1700 en patrullero ante la manifestación de un grupo de hinchas, el hombre que volvió a ocupar la presidencia de San Lorenzo en las últimas horas tras la anulación de la acefalía por un fallo judicial no tiene pensado modificar su firme postura. No se va. Mientras tanto, llegó la notificación legal del pedido de quiebra millonario latente hace meses y ahora el club tiene cinco días hábiles para pagar o estará quebrado.
La cuenta regresiva ya empezó. Y esta vez ya no hay mucho por hacer. San Lorenzo tiene hasta el miércoles que viene a las 9.30 para pagar 7.500 millones de pesos al fondo suizo AIS Investment Fund SCA Sicav Raif o se decretará la quiebra de la institución de Boedo.
La deuda tiene 5 años de antigüedad. Se generó en 2020 durante el mandato de Marcelo Tinelli cuando, apremiado por el parate de la pandemia, se solicitó a dicho fondo suizo un préstamo, primero de 1,5 millones de dólares y luego de 2 millones a cambio de documentos a cobrar por la venta de Adolfo Gaich al CSKA Moscú.
La cuestión es que el club ruso le pagó todo al Ciclón, con quien había cerrado la transferencia y no al fondo europeo, que reclamó. Durante la gestión de Horacio Arreceygor se había llegado a un entendimiento por un plan de cuotas. Pero en Boedo no lo cumplieron y los suizos recurrieron a la justicia.
Ahora, San Lorenzo tiene cuatro vías, aunque no todas factibles: pagar todo, negociar con el acreedor un nuevo plan de pagos y que acepten, convertir la quiebra en un concurso preventivo o solicitar la aplicación de la ley deportiva de fideicomiso (Ley N° 25.284), que establece un régimen especial para la administración de entidades deportivas con dificultades económicas, permitiendo la creación de un fideicomiso de administración con control judicial.
La preocupación en las entrañas de la entidad azulgrana es máxima porque saben que ya hay casi nulo margen de maniobra. Según pudo saber este diario, los diálogos entre las partes no vienen dando frutos ya que el fondo suizo se sostiene inflexible: exige cobrar todo, o cobrar más de la mitad para aceptar un nuevo plan de pagos para el resto. Y en San Lorenzo, no hay plata.
En el círculo íntimo de Moretti cuentan que él mismo se quiso poner al frente de las negociaciones y hasta que no descarta viajar para intentar destrabar personalmente esta cuestión. «Lo voy a solucionar», repite entre sus allegados, aunque todos saben que es una misión casi imposible. Una alternativa es ofrecer los documentos que el club tiene por cobrar de las últimas ventas (Giay, Martegani, Irala, entre otros), pero tampoco hay garantías de que acepten.
Este jueves habrá reunión de Comité Ejecutivo en AFA y Moretti concurrirá, ya como presidente nuevamente en funciones del Ciclón. ¿Aprovechará para pedirle una ayuda económica a Claudio Tapia ante esta situación límite? Moretti siempre sostuvo que cuenta con el apoyo de mandamás del fútbol argentino. ¿Le tenderá una mano?
Al mismo tiempo, el pope cuervo se sostiene en el cargo a pesar de todo y no deja de recibir fuego interno. El secretario Martín Cigna, con quien está abiertamente enfrentado, solicitó licencia a su cargo y en la misma carta avisó que mantiene su renuncia, por eso pidió que se llame cuanto antes a una reunión de Comisión Directiva para que sea aprobada, como también la de aquellos dirigentes que desean ratificarla.
San Lorenzo nunca encuentra calma y hace rato vive en un constante estado de ebullición que lo agita y lo enloquece interna y externamente. ¿Cuál será el límite?

