viernes, marzo 29

una decisión política que empezó con River, pero tiene un plan en el futuro cercano


Fue una especie de promesa de gobierno cuando asumió a principios de 2020, justo antes del inicio de la pandemia. Quizás ese fue el motivo por el que Juan Bautista Mahiques, el fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, tuvo que demorar su cumplimiento. «Quiero colgarme la cucarda de que en mi gestión acabamos con las barrabravas», dijo en aquel momento en una entrevista.

Y actualmente, después de un fin de semana en el que uno de sus brazos articulados golpeó sobre una de las facciones de River y dejó más de 250 personas detenidas en cercanías del Monumental, todo tiene más sentido.

Barras de River fueron detenidos tras un megaoperativo policial en cercanías del estadio Monumental.

Barras de River fueron detenidos tras un megaoperativo policial en cercanías del estadio Monumental.

Se trata de la Unidad Fiscal especializada en Eventos Masivos, que encabeza Celsa Ramírez, y que en el último mes realizó dos importantes operativos: primero frenó el viaje a Salta de un grupo de barras que dentro de los micros que los iban a trasladar tenían escondidas armas y droga; y este domingo frenó su ingreso al Monumental para ver el partido ante Argentinos.

Todo, después de las bengalas náuticas que causaron pánico en el Superclásico frente a Boca y el fuerte mensaje del presidente de River, Jorge Brito, anticipando que harían «todo lo que esté al alcance para que no pisen más el Monumental».

Este martes, de hecho, Celsa Ramírez solicitó la prisión preventiva para Héctor Caverna Godoy y Emiliano D´Amico, dos miembros de la cúpula de la barra brava de River, que habían sido detenidos el último domingo. Este miércoles habrá una audiencia para resolver si se concede el pedido, con la jueza Susana Parada, de primera Instancia en lo Penal, Contravencional y Faltas del juzgado N° 31 de la Ciudad de Buenos Aires.

El momento de la detención de Caverna Godoy, el domingo pasado.

El momento de la detención de Caverna Godoy, el domingo pasado.

¿Pero por qué ahora? «Es una intencionalidad política de la Justicia porteña en ir contra los barras. Desde que asumió Mahiques hasta hoy los clubes afrontan allanamientos, indagatorias -tanto jugadores, como hinchas y Comisión Directiva-, antes no había tantas causas o investigaciones», destacó una fuente a Clarín.

A esto se suma el trabajo del Comité de Seguridad de la Ciudad, comandado por Guillermo Madero, y que es un nexo con la Fiscalía y trabaja con el sistema Tribuna Segura, que busca aplicar el derecho de admisión a los violentos para evitar su ingreso en los estadios.

La investigación se inicia mucho tiempo antes de que se ejecuten los pedidos de detención: de hecho, ya se están analizando los pasos a seguir de otras barra bravas de equipos grandes, que venían calmas y modificaron su comportamiento las últimas semanas.

El traslado de los barrabravas de River a la dependencia judicial, este último lunes. Foto Guillermo Rodriguez Adami - CLARIN

El traslado de los barrabravas de River a la dependencia judicial, este último lunes. Foto Guillermo Rodriguez Adami – CLARIN

¿Y la Provincia de Buenos Aires?

Tampoco está exento de esta lucha el conurbano bonaerense. De hecho, el fin de semana se frenó un posible conflicto en las tribunas del estadio Libertadores de América de Independiente, en Avellaneda.

Más de un centenar de barras fueron detenidos: eran parte de Somos Nosotros, que tiene como líder a Loquillo Rodríguez, que terminó aprehendido por intentar ingresar con carnets prestados o apócrifos, junto a gente que tenía derecho de admisión (con el correr del fin de semana todos recuperaron la libertad, solo con contravenciones).

Loquillo Rodríguez, al momento de su detención en la previa de Independiente vs Tigre, el sábado pasado. 
Foto Juano Tesone - CLARIN

Loquillo Rodríguez, al momento de su detención en la previa de Independiente vs Tigre, el sábado pasado.
Foto Juano Tesone – CLARIN

Ante este escenario, los otros dos bandos se movieron. En la cancha solo estuvo Juani de Gerli (Juan Ignacio Leczniki) con su gente, mientras que afuera esperaban más de un centenar de barras con Pablo Bebote Álvarez al frente. Incluso su bando (denominado Los Diablos Rojos) generó disturbios sobre la calle Colón, ya terminado el juego, cuando se acercaron hasta uno de los accesos del estadio e impidieron que salieran hinchas, periodistas y que demoraron el egreso del micro con los futbolistas. Luego se dispersaron entre amenazas, disparos al aire y promesas de un nuevo intento por retomar un poder que hoy ostenta el grupo de Barracas, autopercibido Los Dueños de Avellaneda.

“El problema se evitó en un partido pero no se solucionó; solo se postergó para el próximo”, le confió a Clarín una fuente de Seguridad bonaerense que mantiene contactos diarios con las autoridades para imponer restricciones más grandes en el derecho de admisión para buena parte de las facciones.

En este caso particular, además, ronda la interna que en el propio club existe con la conducción de Hugo Moyano, cada vez más complicada por la situación económica y deportiva del Rojo.

En el club de Avellaneda, tantos las autoridades del Municipio como de la ApreVIDe, se mantienen en alerta. Por lo pronto, buscando evitar que los barras tengan lugares donde encontrarse y demostrar su poder, la Aprevide ya avisó a la organización de la Copa Argentina que no permitirá partidos de ese torneo en su territorio.



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