En el procesamiento contra Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, como coautores del homicidio en carácter de tentativa, se reflejaron las palabras de Cristina Kirchner reconstruyendo aquel 1 de setiembre cuando fue víctima de un intento de asesinato.
La reconstrucción del atentado perpetrado por Sabag Montiel y la pistola Bersa calibre 32, fue contado por su principal víctima: la Vicepresidenta.
«Cuando vine acá luego de salir del Senado la gente me estaba esperando a la salida de casa con cánticos, apoyo y libros para firmar. Cuando bajo, hago un trayecto y la gente se forma en un semicírculo sobre la calle Juncal. Yo comienzo a caminar, saludo a la gente y muchos de ellos traen libros para que se los firme. cuando estaba dando la vuelta por la calle Juncal, veo que alguien revolea un libro. Es la primera vez que me pasa desde que presenté el libro. Nunca me pasó que revoleen un libro», dijo al inicio de su declaración testimonial.
Sus dichos fueron registrados por la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo quienes pocas horas después del ataque, fueron a su domicilio del barrio de Recoleta. Afuera del mismo se produjeron los hechos investigados como tentativa de homicidio.
La Vicepresidenta continúa con el relato, según figura en el expediente: «Cuando pasa eso, me agacho a agarrarlo. Cuando me levanto, veo que se arma un tumulto de personas que agarran a una persona«. No se percató nunca de que habían gatillado una pistola calibre 32 a quince centímetros de su cabeza.
En ese tramo de su testimonial Cristina indicó que ante ese episodio, recordó que el día anterior un repartidor «había agredido a una persona de mi custodia y pensé que era un caso similar. Luego, termino el círculo, firmo unos libros más y entro a mi domicilio».
Habían transcurrido seis minutos desde que el joven de 35 años procesado con prisión preventiva, empeño el arma Bersa buscando -dijo la jueza- asesinar a la vicepresidenta. De nada de ello se dio cuenta.
La ex presidenta contó que cuando iba en el ascensor para dirigirse a su departamento su secretario Diego Bermúdez «estaba muy nervioso y me dijo que creía que había habido un arma porque había escuchado un clic«.
Entonces, cuando ingresó a su departamento -continuó relatando Cristina-, «nos sentamos en el comedor diario, vimos las imágenes y constatamos lo que había ocurrido. Ahí me empiezo a enterar lo que había pasado, que esta persona es brasilero y seguí obteniendo información de esa manera, es decir, a medida de lo que iba surgiendo».
Recién en ese instante se dio cuenta de que alguien le había apuntado con un arma de fuego.
El fiscal Carlos Rívolo le preguntó si al momento del tumulto escuchó algún comentario del círculo de la custodia que le indicara alguna actividad a seguir, a lo cual la vicepresidenta respondió: «en ese momento personal de mi custodia me dijo «vamos vamos» porque me quería alejar del túmulo y ahí terminé el círculo, firmo los últimos libros y subo. Reitero, solo me di cuenta del hecho cuando lo vi por televisión».
Así fue que Cristina Kirchner reconstruyó lo que la justicia calificó como un intento de homicidio que la tenía como principal objetivo.