sábado, abril 20

por qué fue el gran perdedor del Gran Premio de Fórmula 1 de Bahréin


Si con el 1-2 de Charles Leclerc y Carlos Sainz, Ferrari fue el gran ganador del Gran Premio de Bahréin, que abrió el fin de semana la temporada 2022 de la Fórmula 1; en la vereda de enfrente, la de los «perdedores», quedaron varios de sus competidores. Aunque, sin dudas, el que se llevó la decepción más grande fue Red Bull. El abandono de sus dos monoplazas -el del campeón Max Verstappen, a falta de tres vueltas para el final y el de Sergio Pérez, en el comienzo del último giro- encendió una alarma en la escudería austríaca, que todavía intenta explicarse qué paso y quién fue el responsable.

Más allá de los varios problemas de fiabilidad que acusó Verstappen durante la carrera, los dos coches terminaron abandonando por una avería en el sistema de combustible. Y el equipo, que había llegado al circuito de Sakhir como uno de los favoritos, se despidió de la primera cita de la temporada con cero puntos y demasiadas preocupaciones de cara a la próxima fecha, el fin de semana en Arabia Saudita. 

Según las primeras revisiones, los autos de Verstappen y Pérez tuvieron el mismo problema. «Lo que sospechamos es que algo pasó con la bomba de combustible de ambos coches», explicó Helmut Marko, jefe de deportes de motor de Red Bull, en charla con el sitio Motorsport.com. «Pero la bomba de combustible no viene de nosotros, sólo tenemos que colocarla. Y nunca habíamos tenido este problema, eso es lo extraño».

«Parecía que no llegaba combustible al motor y básicamente todo se apagó», contó Verstappen, que peleaba por la victoria con Leclerc cuando empezó a darse cuenta que algo andaba mal. «¡¡¿¿Qué pasa con la batería, qué es esto…??!!», preguntó desesperado el neerlandés. Por radio le aseguraron que la batería estaba bien, pero él apenas logró llegar a boxes antes de que se apagara el motor.

«Llegué a la horquilla y se bloqueó le motor», relató Pérez, que se encaminaba al tercer lugar cuando, en el comienzo de la vuelta final, empezó a perder potencia, hizo un trombo y se quedó en la pista, abriéndole el camino al podio a Lewis Hamilton.

Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, aseguró que se había hecho una inspección completa de los autos antes de la carrera. Y comentó: «Necesitamos desarmar el sistema de combustible y entender cuál fue el problema, porque sabemos que el combustible estaba allí, pero no llegaba al motor».

«Lo que parecía un buen botín de puntos se evaporó de repente. No puedo recordar la última vez que nos pasó eso. Fue una pesadilla», reconoció.

Habrá qué esperar, entonces, a que el equipo realice un análisis completo de sus RB18 -que habían rendido muy bien en los tests de pretemporada- para determinar exactamente cuál fue el problema y de quién fue la culpa. Porque los sistemas de combustible de los nuevos monoplazas están compuestos por elementos standard (comunes a todos los coches de la categoría), otros suministrados por el fabricante de la unidad de potencia (vale aclarar que otro que usa motores Red Bull es Alpha Tauri, que sufrió el incendio del motor del coche de Pierre Gasly); y otros componentes diseñados y fabricados por el mismo equipo. Así, dependiendo de dónde estuvo la falla, se determinará el culpable.

También habrá que ver si el equipo llega a solucionar a tiempo para la cita de Arabia Saudita ese problema y los otros que presentó el coche de Verstappen.

«Los problemas empezaron en los frenos, se sobrecalentaban y tenía que levantar. Perdí ritmo y Charles (Leclerc) se escapó. Luego había más problemas con el balance del coche. Y después de la última parada, mi dirección estaba bloqueada. Ni siquiera era que el volante se sintiera pesado, simplemente era casi imposible conducirlo y cuanto más rápido iba se sentía que tardaba más en doblar», dijo Verstappen, enumerando los diferentes inconvenientes de un domingo de pesadilla. 

«Por eso mi reinicio fue muy malo. Quería ir con el acelerador pero no pude abrir el ángulo del volante porque estaba atascado, así que fue muy duro», continuó.

Y cerró: «El último problema pareció un fallo en el flujo de combustible, por eso me retiré, y fue doloroso. Tuvimos que lidiar con muchos problemas diferentes y, por supuesto, esto no es lo que quieres tener».

Red Bull fue el gran perdedor del Gran Premio de Bahréin y tiene mucha «tarea» para hacer de cara a la cita del próximo fin de semana en Arabia Saudita y al resto del campeonato, que, por suerte para los austríacos, recién comienza.

Mercedes, también en problemas

Lewis Hamilton lo había anticipado tras los entrenamientos de Barcelona y Bahréin: las Flechas de Plata no están en condiciones de pelear por las victorias. Y aunque muchos se burlaron de su negatividad -Verstappen, por ejemplo-, lo que mostraron los Mercedes en el Gran Premio de Bahréin le dio la razón al británico.

Es cierto que no todo fue negativo para la escudería alemana el fin de semana. El tercer lugar del podio del heptacampeón les dio una alegría inesperada; mientras que George Russell, su nuevo compañero, se quedó con un nada despreciable cuarto lugar. Pero sus coches no fueron competitivos: con poca potencia y velocidad, estuvieron lejos de pelear con los Ferrari y los Red Bull (que antes de tener ese problema en el sistema de combustible, fueron protagonistas).

Es más, cuando promediaba la carrera, poco antes del ingreso del coche se seguridad por el incendio del Alpha Tauri de Gasly, Charles Leclerc llegó a sacarle casi 40 segundos a Hamilton, el más rápido de Mercedes. Una desventaja demasiado grande para un equipo que ostentaba hasta el año pasado el motor más potente de la parilla. 

El tercer lugar de Hamilton «maquilló» lo que fue una carrera preocupante. El británico se alegró por el podio («Es lo mejor que podíamos hacer», reconoció), pero también aseguró que es hora de «bajar la cabeza y trabajar mucho» para mejorar el rendimiento de los monoplazas en pista.

Si bien una de las prioridades de Mercedes es el porpoising -ese rebote que se produce en los monoplazas a alta velocidad por culpa del regreso del efecto suelo y que la mayoría de los equipos ya lograron controlar-, la preocupación mayor es el rendimiento del motor. Y no solo por los resultados de sus dos pilotos.

Si se revisa la clasificación final de Bahréin, los últimos puestos están copados por coches que utilizan unidades de potencia de Mercedes. Entre los pilotos que completaron la carrera, comenzando desde el fondo, aparecen Nico Hülkenberg (Aston Martin), Nicholas Latifi (Williams), los McLaren de Lando Norris y Daniel Ricciardo, Alexander Albon (Williams) y Lance Stroll (Aston Martin).

Hamilton se alegró por el podio, pero aclaró: "Hay que bajar la cabeza y trabajar mucho". Foto EFE/EPA/ALI HAIDER

Hamilton se alegró por el podio, pero aclaró: «Hay que bajar la cabeza y trabajar mucho». Foto EFE/EPA/ALI HAIDER

Sorprendió, en especial, la pobre actuación de los McLaren, que aparecían en la previa como posibles amenazas de los líderes y terminaron demasiado relegados (14° y 15°). Norris, igual, le quitó responsabilidad al motor: «No ayuda que nos falte algo ahí, claro, pero la verdad es que nos falta mucha carga aerodinámica, y por eso el manejo es bastante malo. Los neumáticos tampoco funcionan bien y nada está en una buena ventana».

Según los expertos, una de las posibles explicaciones a los problemas de Mercedes sería el diseño del coche, con uno pontones tan estrechos que no permitiría hacer rendir a fondo el motor sin generar un sobrecalentamiento. Un diseño similar a otros equipos con la misma unidad de potencia. Sin embargo, Aston Martin tiene los pontones más largos y anchos de la parrilla, con branquias que recorren todos los laterales, y aún así no rindió bien.

Sin certezas al respecto, Mercedes deberá encontrarle la vuelta a nuevo W13 si quiere volver a ser protagonista en la categoría reina, como está acostumbrado. 

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