sábado, abril 20

militantes conservadores hacen campaña para que Boris Johnson siga como primer ministro


Cuando Boris Johnson copió a Terminator y se despidió con un “Hasta la vista , Baby” de sus compañeros parlamentarios tras una gestión de premier escandalosa, recibió una ovación de despedida de sus pares en la Cámara de los Comunes.

La frase repetida en español, uno de los 12 idiomas que habla Boris, no era aun Adiós sino un “te veo más tarde”. Al menos 10.000 miembros del partido conservador lo quieren volver a ver y que participe en la contienda de primer ministro ahora, junto a los candidatos Liz Truss, la canciller, y Rishi Sunak, el chancellor, quien desencadenó la crisis que terminó con su gobierno.

Una revuelta entre los Torys, más allá del palacio de Westminster y de su partido conservador parlamentario. Los militantes conservadores, especialmente en el norte del país, en la Red Wall laborista que lo votó por primera vez para irse de Europa, lo quieren a Boris y buscan que regrese al poder.

La petición, que hasta anoche había conseguido 10.000 firmas, fue organizada por el ex tesorero del partido conservador, Lord Cruddas of Shoreditch y ex diputado europeo, Tory David Campbell Bannerman. Ellos exigen tener derecho a expresar su voto y su palabra en la expulsión de Boris y su eventual regreso. Poder votar y no que la decisión se limite a un selecto grupo de Torys, en nombre de todos.

Rishi Sunak, el candidato para suceder a Boris Johnson. Foto Bloomberg

Rishi Sunak, el candidato para suceder a Boris Johnson. Foto Bloomberg

Estos 10.000 conservadores quieren que la suerte de Boris sea decidida por muchos más de los militantes que tienen hoy derecho a votarlo y decidir su suerte el 5 de septiembre próximo, cuando el partido ya tengo un nuevo líder.

Una segunda votación

Los peticionantes quieren una segunda votación, que confirme la decisión de los diputados de forzarlo a renunciar, para que Boris pueda participar en la votación oficial por el liderazgo entre Liz Truss y Rishi Sunak , como tercer candidato.

En el Parlamento británico, una petición de 100.000 personas debe ser debatida. No se sabe qué sucederá con una petición en el partido conservador. Se seguía ampliando hoy.

Liz Truss, la otra aspirante al liderazgo conservador y premier. Foto AP

Liz Truss, la otra aspirante al liderazgo conservador y premier. Foto AP

SI Lord Crudas consigue su objetivo y Boris Johnson gana este segundo voto, será una partida complicada. La actual es una campaña por el liderazgo tory cargada de reproches, con la opción de bajar la inflación o los impuestos como temas centrales.

El debate es si el billonario Sunak tiene derecho a usar un traje de 3.800 libras y zapatos Prada para hacer campaña o Liz Truss, la canciller, bautizada “The Robot”, debe vestirse como una copia de Margaret Thatcher para ganar más simpatías dentro de un electorado blanco y sesentón.

En el interior del partido hay muchos en desacuerdo con la expulsión de Boris. La ven como una resolución metropolitana.

Los conservadores saben que ni Sunak ni Truss son atractivos en una campaña electoral y que es Boris su mejor “asset” si hay elecciones anticipadas. La última vez ganó el récord de 14 millones de votos.

Hasta ahora Boris permanece en silencio, tras haber lanzado literalmente granadas de mano junto a los soldados ucranianos, que se entrenan en Gran Bretaña para ir al frente de guerra. Pasó el fin de semana en Chequers, la residencia de campo del primer ministro, junto a su familia y no se pronunció sobre la petición.

Oficialmente Boris, su esposa Carrie, sus hijos Wilfred y Romy deberán abandonar Downing St, en una caminata frente a los fotógrafos y las cámaras de la televisión. Nadie tiene idea cuales son los proyectos de Boris después.

Ya ha dicho que el seguirá siendo diputado. Pero como ni Truss ni Sunak han mencionado que lo nombrarán ministro, será un legislador “backbencher”, como se llama a los legisladores que se sienten detrás en la Cámara de los Comunes.

En busca de su reelección

Su primer paso será salvar su reputación política y ganar dinero para poder pagar los colegios privados prohibitivos de sus chicos. Puede volver a escribir sus columnas en The Daily Telegraph y recomenzar el “after dinner speaker”, y sus divertidos discursos, con el que supo ganar una fortuna. Creen que en un año conseguirá ganar 3 millones de libras esterlinas.

Deberá cuidarse del caso que está preparando la legisladora laborista Harriet Harman para probar que mintió al Parlamento. Eso lo forzaría a renunciar y habría una nueva elección en su circunscripción de Uxbridge y West Ruislip, que ganó Johnson en el 2019 , con una mayoría de 7.210 votos.

Su objetivo será la Red Wall (La pared roja), esa pared de electores laboristas en el norte de Gran Bretaña, que votaron por primera en su vida a un conservador porque defendía el Brexit. Seguramente será el vocero de estos Red Wall. Los visitará, hablará en su nombre. Ellos son su capital político para una larga redención hacia el poder. Es su político rock star, el que ellos volverán a votar.

El destino de Boris puede ser alejarse del partido tory para crear nuevas y cercanas alianzas políticas porque sus creencias no son las de los tradicionales conservadores.

Muchos torys ricos están dispuestos a financiar un nuevo partido alrededor de Boris, en una imagen similar a la que hizo Emmanuel Macron en Francia, cuando liquidó al socialismo y a los conservadores republicanos, en el 2016.

Pero si al desafío por el liderazgo lo gana Rishi Sunak, parte del conservadurismo va a exigir elecciones generales para probarlo. Frente a un laborismo en alza , el mejor ubicado para rescatar a los conservadores es Boris. Pero deberá esperar al menos 5 años que los Labour manejen el país.

¿A Estados Unidos?

Otros creen que Boris va a renunciar al Parlamento, terminará su libro biográfico de Shakespeare y se embarcará en su primera gran aventura financiera. Un tour por Estados Unidos para explicar cómo la vacuna de COVID británica salvó al mundo y cómo él creó la coalición global contra Vladimir Putin. Boris es norteamericano: nació en Nueva York, cuando su padre Stanley era estudiante allí.

Su Town House en el sur de Londres, que compraron con Currie, está alquilada. Boris puede aterrizar en su casa de campo de Oxford o instalarse en la gran chacra familiar de Exmor, donde creció junto a sus otros tres hermanos, y comenzar a organizar su retorno.

Lord Cruddas, a quien Boris ennobleció en la Cámara de los Lores, cree que nadie ha visto aun la espalda del indisciplinado primer ministro.

“Boris es muy articulado, muy bien educado, una persona clásicamente educada. Cuando el dice una cosa, esta dirigiéndose hacia otra cosa. Cuando yo escuché “Hasta la vista, baby” , yo entendí “Yo volveré”. Y, le advierto, si Boris queda afuera de la carpa, el partido va a lamentarlo”.

“Hasta la vista, baby”. Es como el “Perón Vuelve” para Boris Johnson o como Terminator para Arnold Schwarsenegger.

PB



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