La localidad portuaria quedó arrasada por los ataques del Kremlin: edificios en ruinas, escombros, campos quemados y zonas residenciales destruidas.
Los horrores de la guerra Rusia-Ucrania golpearon fuerte a Mariupol, una ciudad clave en el sudoeste ucraniano. Allí, la invasión rusa cambió de forma drástica -y literal- el paisaje. Imágenes tomadas por satélites muestran el antes y el después de esta localidad portuaria, dedicada a la industria del acero, ahora en amplios sectores reducida a escombros.
Las escenas más conmocionantes de los bombardeos evidenciaron el daño irreversible a una maternidad, en la que hubo 17 heridos y 3 muertos: el edificio oscurecido, los restos de humo aún elevándose al cielo y los alrededores convertidos en un gigantesco cráter, entre cenizas y árboles muertos. «Un acto de guerra indigno», como lo calificó Emmanuel Macron, presidente de Francia.
La transformación de la ciudad casi en un páramo quedó retratada en las fotografías satelitales.
Barrio residencial
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Con sus techos blancos, el shopping y el centro comercial de Mariupol era el lugar donde miles de personas se acercaban para hacer sus compras.
Ahora son placas ennegrecidas y achicharradas por el poder de fuego ruso, de acuerdo a las tomas aéreas que capturaron los satélites de Maxar.
También se vio afectada la zona portuaria, uno de los puntales económicos de la localidad: los agujeros en los techos y los campos circundantes quemados dominan ese sector, por donde se despachan toneladas de acero y cereales.
Desde el inicio de la guerra, Ucrania viene denunciando ataques contra la población civil. Y los corredores humanitarios son uno de los asuntos centrales de las conversaciones entre delegaciones rusas y ucranianas. Las negociaciones, como los intentos de establecer esos puentes de evacuación, suelen terminar en rotundos fracasos.
Supermercado y shopping
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Las amenazas que se ciernen sobre la población civil también quedaron al desnudo en las imágenes satelitales. Lo que era un zona residencial, con elegantes casas bajas y una frondosa arboleda, se ve desde el cielo como una escena posapocalíptica: todo es gris, donde hubo árboles hay vacíos y algunas viviendas quedaron mutiladas.
Según un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Sasha Volkov, los habitantes «han empezado a pelearse por la comida».
«Todas las tiendas y las farmacias fueron saqueadas hace cuatro o cinco días» agregó Volkov desde la ciudad, en una grabación de audio enviada a los medios.
Complejo comercial
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Un puerto clave
Mariupol es la última gran ciudad al borde del Mar de Azov, Está situada a 85 kilómetros de Donetsk, uno de los territorios separatistas cuya autonomía impulsa Moscú. Es la mayor ciudad bajo control ucraniano en la región del Donbás, uno de los puntos críticos de la negociación.
La ciudad se encuentra hace diez días sitiada por las tropas del Kremlin. Según la ONU, tiene una población de 441.000 habitantes, que ya vivió de cerca el conflicto en 2014, cuando estuvo bajo control separatista antes de la recuperación de las tropas de Kiev.
Su eventual caída marcaría un giro importante al desarrollo de la guerra: Rusia conseguiría una continuidad territorial entre la Crimea anexionada en 2014 y las tropas separatistas y prorrusas del Donbas (además de Donetsk, está Lugansk).
Un hombre camina entre los escombros y cenizas tras los bombardeos de Rusia a Mariupol, en Ucrania. Foto AP
Ucrania solicitó la organización de corredores humanitarios en Mariupol, así como en otras ciudades asediadas. Su concreción se anunció en reiteradas oportunidades, aunque siempre terminó en un fracaso por la violación rusa del alto el fuego.
El último intento infructuoso fue denunciado por el presidente ucraniano este jueves a la noche. «Las tropas rusas no han cesado el fuego. Así y todo, decidí enviar un convoy a Mariupol con comida, agua, remedios. Pero los ocupantes lanzaron un ataque con tanques exactamente por donde debía pasar ese corredor», dijo Volodimir Zelenski, en un mensaje por TV.
«Es el terror asumido, el terror descarado de parte de terroristas experimentados. El mundo entero debe saberlo», añadió el mandatario.
El miércoles había calificado como «genocidio» el bombardeo ruso de la maternidad, un ataque que desde Moscú trataron de desmentir pese a la crudeza de las imágenes.
Por su parte, el vicealcalde Serhit Orlov informó que 1.207 cuerpos fueron removidos de las calles de la ciudad.
LP
