viernes, abril 19

la proyección para 2022 comparada con los datos de gripe y neumonía


El Covid-19 no deja de cosechar contagios, pero su poder de transmisión ya no se traduce linealmente en letalidad: la proporción de muertes bajó a medida que la población se vacunó e inmunizó. Y con la última variante conocida hasta ahora, Ómicron, el virus mostró su versión menos agresiva.

La subvariante AB.2 de Ómicron todavía abre interrogantes. Pruebas de laboratorio la presentan como más virulenta, pero esos ensayos por ahora no quedan reflejados en la estadística real: las muertes siguen bajando en el mundo. La última semana el descenso global fue del 20 por ciento.

En la Argentina las muertes también siguen en baja, con una variación intersemanal del 27 por ciento. La tregua llegó luego del pico de casos fatales registrado a fines de enero. Desde entonces hubo un pronunciado descenso y el promedio en la última semana fue de 55 muertes por día.

Desde el 1° de enero de 2022 hasta el presente se registraron algo más de 10.200 muertes. Eso da un promedio de 126 por día. Si esa cifra se hubiera mantenido constante se habría llegado, a fines de este año, a un total de 45.990 muertes. Pero la tendencia actual marca otra cosa.

Si el promedio de 55 muertes por día se mantuviera en adelante, en diciembre se obtendría, aun contando los 10 mil muertos que hubo en los primeros 79 días de 2022, un total de 25.675. En la comparación con las muertes por gripe y neumonía que hay por año en Argentina el Covid quedaría por debajo.

El virus de la gripe visto a través de un microscopio electrónico.

El virus de la gripe visto a través de un microscopio electrónico.

Según el Informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud, en 2018 hubo en el país casi 32 mil muertes por gripe y neumonía, un número que se mantiene más o menos estable año tras año. De repetirse en esta nueva normalidad superaría en víctimas a la proyección más optimista sobre el Covid.

Pero todo dependerá, también, de cuán corta se le siga sosteniendo la soga sanitaria al impredecible virus nacido en Wuhan. Si bien Ómicron causó menos estragos que las anteriores variantes, su alto poder de contagio siguió poniendo en riesgo a la población más vulnerable.

Esa primera proyección más optimista se alteraría en un segundo escenario: si en los próximos meses apareciese una variante aún más contagiosa, el efecto derrame ocasionaría nuevamente un incremento en la cantidad de víctimas fatales. En ese escenario pesimista habría mayor chance de que las muertes por Covid sigan superando a las que ocasionan la gripe y la neumonía.

Un tercer escenario posible es el de una cuarta ola de Covid de características similares a la tercera. Esto es, una nueva aceleración de contagios con su consecuencia en la mortalidad. Si entre el segundo y el tercer trimestre de 2022 se clonara lo ocurrido en el primer trimestre, el cálculo es que habría que sumar unas 6.000 muertes extra al escenario más optimista. En ese caso la cuenta anual de muertes por Covid quedaría cerca del equilibrio con las de gripe y neumonía.

Los próximos meses, a partir del comienzo ya del otoño, plantearán un doble desafío: seguir apuntalando la vacunación con terceras dosis contra el Covid y, a la vez, volver a ajustar las tuercas de la vacunación contra la gripe y la neumonía, inmunización que el aislamiento en muchos casos evitó o dejó rezagada.

Campaña de vacunación antigripal en 2018. Foto: Archivo

Campaña de vacunación antigripal en 2018. Foto: Archivo

La neumonía es la sexta causa de muerte en general y la quinta en mayores de 60 años. Si el infectado además padece enfermedad cardiovascular u otras enfermedades corre riesgo de tener un cuadro grave, tal como ocurre también con el Covid.

La tasa de letalidad del Covid en la etapa de Ómicron ha sido en Argentina similar a la de la gripe: 0,4 por ciento para el primer virus contra 0,5 por ciento para el segundo. El Gobierno anunció que a partir del próximo viernes comenzará con la vacunación contra la gripe.

Sobre la neumonía, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) alertó que a pesar de que existe una vacuna, “las tasas de vacunación en adultos son deficientes. La situación de pandemia ha creado un acceso insuficiente a los circuitos de vacunación, combinado con falta de disponibilidad de vacunas y dedicación casi exclusiva de los sistemas de vacunación a combatir el Covid-19”.

La AAMR advirtió que “la mortalidad por neumonía presenta un aumento constante del 4,21 por ciento desde 1992 en Argentina. De las 31.916 personas que murieron por neumonía e influenza en 2019 en el país, 13.246 tenían más de 85 años”. Es la segunda causa de muerte en ese grupo etario.

“Queremos recordar la necesidad del diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la necesidad de la prevención mediante las vacunaciones, incluyendo la de la neumonía bacteriana”, agregaron desde la AAMR en la preocupación que reflejan en su sitio web.

Cabe destacar que si un potencial horizonte de Covid sin nubarrones se cumple, se deberá en gran medida al inédito operativo de vacunación que comenzó hace más de dos años. Lo que todavía no está claro -deben definirlo la ciencia y los Estados- es cuántas dosis más habrá que aplicarse para que el virus pandémico siga domesticado, sin nuevos paseos por el lado salvaje.

PS



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