sábado, abril 20

apuntó hacia afuera pero también mira de reojo a los de adentro


Si bien esta vez no recurrió a aquella frase que ya quedó para la historia y que es un símbolo de su gestión, Marcelo Gallardo volvió a subir los puños. El técnico de River dejó en claro que tiene nuevamente -o sigue teniendo- la guardia alta. Así lo exhibió en la conferencia de prensa que dio este martes al mediodía en el RiverCamp de Ezeiza, antes de la presentación de los tres refuerzos que llegaron recientemente al club de Núñez. Les apuntó a los de afuera ¿y también a los de adentro?

“Lejos estamos de pensar que todo está terminado o que por no conseguir ese objetivo se empiece a especular con otras cosas o falsos comentarios de planteos extrafutbolísticos. No hay crisis acá y no la van a encontrar. Mi permanencia se construyó a través de muchísimos años y no depende de los malos resultados que tuvimos. Hemos construido algo más sólido», arremetió el entrenador de River al comienzo de una conferencia de prensa que había generado mucha expectativa en la previa después de que Gallardo se fuera sin hablar de la cancha de Vélez luego del empate de su equipo, algo que también había pasado tras las derrotas con Huracán y Godoy Cruz, todo por la Liga Profesional.

Al referirse a estas cuestiones, el Muñeco salió al cruce contra las versiones periodísticas acerca de un planteo de los referentes sobre sus niveles de exigencia del técnico y las formas de dirigirse a los jugadores en los partidos cuando las cosas no salen como pretenden. Y retrucó: “El hincha de River no se deja llevar por temas internos ni externos. Cuando quieren hacer creer que sale algo de adentro. No pierdo tiempo en rumores. Acá no hay ningún cuestionamiento de nada. Y tenemos que exigirnos para mejorar. Imagínense si los Maidana, Pinola, Enzo Pérez, Casco, si ellos no aceptaran ser exigidos, claramente buscarían otras comodidades, otros lugares donde estarían más relajados”.

VELEZ RIVER  gallardo
foto MARCELO CARROLL

VELEZ RIVER gallardo
foto MARCELO CARROLL

Y antes del final habló de los que “no quieren su permanencia en el cargo”, a los que no personificó. “Debe ser mucha gente”, afirmó, con una risa socarrona y enseguida añadió: “No tengo nada contra eso, pero me siento acá para decirles que por más que tengan empeño para desestabilizarme no va a pasar porque voy a estar hasta el último día de mi contrato”.

¿Quién o quiénes intentan desestabilizar a Gallardo? ¿El mensaje fue solamente hacia afuera? Los “enemigos” externos (como cuando fue hacia Mauricio Macri, expresidente de la Nación; Daniel Angelici, expresidente de Boca y vice de la AFA; y Claudio Tapia, mandamás de la AFA, en enero de 2018, dándole origen a la frase de la guardia alta) estaban más claros. Un sector del periodismo no fue el único apuntado. También, los árbitros. De ellos, manifestó: “Algunas cosas que son puntuales me sorprenden. Están las cámaras y las herramientas. Por ende, tienen que errar mucho menos. Entiendo que hicieron alarde de mucha capacitación, pero están fallando y no solo en contra nuestra. Todos han sufrido”.

Y del cruce con Nicolás Lamolina, que le valió una expulsión, expresó: “Me arrepiento, pero tampoco fue para tanto. Peor hubiese sido si le decía algo más fuerte. Quién no dijo un boludo o un pelotudo alguna vez. Soy temperamental. Y a veces tengo estas respuestas que no me enorgullecen y no me definen como soy y a veces me equivoco».

Gallardo y su momento de furia con Lamolina. Foto: Captura de video.

Gallardo y su momento de furia con Lamolina. Foto: Captura de video.

Gallardo, además, volvió a -una constante- cuestionar a la organización del fútbol argentino por el calendario, que le hizo tener cinco jugadores menos que se fueron con sus selecciones en el arranque del torneo. Y a los dirigentes de los otros clubes les marcó la cancha. Salió en defensa de sus colegas al proponer que “cuando se despide un entrenador, que se vaya también el responsable de la elección de ese entrenador”. Lo dijo para marcar que el tiempo es importante en la construcción de un equipo, algo que él consiguió en River porque ganó de entrada, aunque también destacó que “hubo un convencimiento”.

Gallardo repitió esa palabra más de una vez. “El convencimiento es fácil acompañarlo cuando se gana, pero cuando se pierde se esfuma. Y cuando eso sucede, todos dejan de creer. Y lo que era bueno ayer, hoy no es tan bueno y todos cambiamos”. ¿Habrá sido ese un mensaje para los propios dirigentes, a los que tal vez los haya visto dubitativos en los últimos meses? Se recuerda que, con apenas diez partidos dirigidos, Rodolfo D’Onofrio le propuso renovar hasta el final de su primer mandato.

La sensación que dejó Gallardo, entre líneas y de modo gestual, es que sus enojos no solo son con los de afuera. Que su conferencia de prensa, que podría haber sido un monólogo sin preguntas, fue también un sacudón interno para ver si todos siguen alineados y para que no bajaran la guardia. Y con sus palabras buscó aquietar un clima agitado y proteger la intimidad. No es que en ocho años nunca pasaron cosas, pero sí se filtraron como jamás había sucedido.

De la dirigencia, hay quienes consideraron que la conferencia fue muy positiva y hasta se animan a avizorar con la continuidad de Gallardo al mando del equipo; los que son más cautos sienten que el Muñeco todavía está más furioso con los propios que con los extraños.

Y en ese mensaje también entran los jugadores, claro. Si bien Gallardo aclaró que “no estoy acá para encanar a nadie”, que haya mencionado a Enzo Pérez para poner un ejemplo de lo que puede tardar en adaptarse un jugador a la dinámica de River, cuando jamás estuvo en agenda que al mendocino le costaron los primeros meses, aumenta las suspicacias hacia afuera. Es que el capitán está entre los jugadores mencionados que le habrían expresado las diferencias al entrenador.

Eso sí, en cuanto a lo futbolístico, remarcó que “las fallas son del equipo” y se hizo cargo. “Así como soy responsable de lo bueno, también lo soy de lo malo”, aseguró. Y que ahora solo piensa en levantar al equipo para pelear el campeonato y tratar de ganarlo. “Y si no, buscaré dejar la mejor estructura posible preparada para la institución”, avisó. Y no aclaró si será para seguir compitiendo con él o sin él en 2023.



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